Comer o no comer
La comida es un tema muy importante en la vida de los canarios. Dado que los canarios vivimos para comer diversos manjares, esto nos lleva un tiempo de nuestra vida que no hay que obviar. A mí me gustan varias cosas, las cuales te voy a enumerar, porque es muy posible que a ti te gusten (o no, porque si no eres un canario, no sabrás disfrutar de ellas).
En primer lugar, la lechuga romana. Hay varias variantes, como la lechuga iceberg, o los cogollos. Los cogollos están buenos, lo admito, pero nada que ver con una buena y fresca hoja gigante de lechuga romana. Para los que no sepáis cual es la romana, pues es la lechuga de toda la vida (parecéis nuevos).
A continuación, el pepino. Tiene un sabor ... como lo diría yo, bastante peculiar. Es un sabor fuerte y agradable.
Las manzanas también es algo que me gusta bastante. Es blando, así que se puede comer fácilmente, y además tiene mucha agua. Es ideal (junto con la lechuga) para sobrevivir en caso de que no te cambien el agua, o que te echen alguna cosa rara y sepa a rayos (Alejandro a veces me echa una pastilla amarilla).
Y como no, el alpiste de colores. El alpiste de colores tiene una cosa especial: los cañamones. Es una delicia cogerlo y pelarlos. Le das vueltas hasta que lo pones perpendicular, y en ese momento, lo chascas. Y ya está. Tiras la cáscara y te quedas con el cañamón. Sensacional.
También me gustan las pintitas de colores. Son como los Peta Zeta. Muy chulos. Cada uno sabe a algo distinto.

Alejandro tiene en su habitación una caja negra con un alpiste de cada clase. Os lo voy a enseñar para lo que veais. Lo que pasa es que deben ser de muestra, ya que un dia estuve toda una tarde intentando comérmelos, pero no se despegaban. Deben ser los que dan de promoción. Además, sabían distintos. Yo creo que debían estar un poco revenidos de estar puestos tanto tiempo. El amarillo, el verde y el rojo los conozco, pero el azul es nuevo para mí. Ese por si acaso le dejo tranquilo.
Volviendo al tema de la alimentación, he probado otras cosas. Intentaré llamarlas por su nombre, pero todas no me las sé de memoria. Está la pera, que es como la manzana pero más dulzón, y el milón, aunque este es demansiado dulzón, y uno se cansa rápido de comerlo, porque da mucha sed. El cholocate no me gusta (por lo mismo que el milón), pero en cambio las galletas sí. Uno se puede afilar el pico al tiempo que come, y encima están crujientes. Las más buenas son las María Oro. En la casa a veces me han dado de las del Principe de Roquefletas, pero esas llevan cholocate y dan sed. El pan sólo se come en caso de extrema necesidad, porque es un alimento para gorriones y pájaros plebeyos (como los ganchitos, patatas fritas y otras porquerías que comen los gorriones). Yo sólo como cosas frescas, naturales y sanas. El kiwi también me gusta, como me lo ponen de vez en cuando, pues chupo el jugo, lo más rico.
Volviendo al tema de la alimentación, he probado otras cosas. Intentaré llamarlas por su nombre, pero todas no me las sé de memoria. Está la pera, que es como la manzana pero más dulzón, y el milón, aunque este es demansiado dulzón, y uno se cansa rápido de comerlo, porque da mucha sed. El cholocate no me gusta (por lo mismo que el milón), pero en cambio las galletas sí. Uno se puede afilar el pico al tiempo que come, y encima están crujientes. Las más buenas son las María Oro. En la casa a veces me han dado de las del Principe de Roquefletas, pero esas llevan cholocate y dan sed. El pan sólo se come en caso de extrema necesidad, porque es un alimento para gorriones y pájaros plebeyos (como los ganchitos, patatas fritas y otras porquerías que comen los gorriones). Yo sólo como cosas frescas, naturales y sanas. El kiwi también me gusta, como me lo ponen de vez en cuando, pues chupo el jugo, lo más rico.
Por otro lado, en la terraza hay algunas plantas que dan hojas de lechuga en pequeñito. Yo no tengo otro remedio que irlas probando todas. Y están bastante buenas. A Carmen no le hace mucha gracia y me regaña (al parecer las lechugas en rama son suyas). Pero todo es cuestión de hacerse el loco un rato, como si no entendiera, y al rato me las puedo comer tranquilamente.

Y eso es todo. Espero que os haya dado suficientes ideas para que sepáis lo que está bueno de verdad.
