Los juegos
Hoy se le ha ocurrido un nuevo hobbie a Alejandro. Consiste en hacerme subir escaleras. Me pone un dedo, y yo me subo (¡¡¡tacháaan!!! ¿A que no conoce a otro ser que sea capaz de subirse a un dedo? Toda una proeza). Luego me pone otro, y me vuelvo a subir. Y así muchas veces. Eso que en realidad es una gilipollez, a él le hace una gracia extraordinaria, como si viera las Cataratas del Niágara o algo así, y todos los que vienen a casa me ven subiendo escaleras, y se maravillan, como si subir escaleras estuviera reservado únicamente a los seres más inteligentes de la galaxia. Me pregunto que harán cuando vean que además soy capaz de cantar. Igual me llevan al Un Dos Tres.
Por cierto, acostumbran a sentarse después de comer en unos sillones que tienen en el salón. Hay uno que quiere ver una cosa llamada Nositias o algo así. Pero debe ser muy aburrido, porque el señor de la tele habla y los demás se callan. Pero yo canto. Para que ellos estén entretenidos y no se aburran. Además, ver la tele sin música es una pérdida de tiempo. Así es mucho mejor, donde va a parar.
La humana me grita y dice nosequé. Yo creo que no me oye bien y quiere que cante más alto. Veré lo que puedo hacer.
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