Aprendiendo a volar
Me han cambiado de sitio. Parece ser que ahora voy a estar en la terraza. La nueva jaula es muy grande, y no cabe en la cocina. Además tiene una percha muy chula para tener la jaula colgada. No me fío mucho de la percha, porque parece que está un poco rota y un día de estos me voy a suelo. Alejandro la ha estado arreglando y parece que se sostendrá.
El caso es que el humano me ha agarrado entero y me ha sacado (casi me espachurra el tío idiota). Yo en cuanto he podido, pues pies en polvorosa. Pero él siempre me coge. Yo vuelo (él creo que no puede, aunque quizá sea que todavía no le he visto) pero siempre me coge. Tendré que practicar los próximos días. Además, el capullo este tiene dispuestas una serie de láminas transparentes, y cada vez que intento volar hacia los árboles, me choco contra algo (aún no sé que pasa, pero algo falla). Investigaremos ...
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